Las zonas rurales, a merced de los asaltosUn grupo comando redujo a 18 miembros de una familia. Robaron 70 mil pesos en agroquímicos y 20 mil en efectivo. Video, mapa interactivo y audio. Relac: 0-->Multi: 1-->
"Hace casi 35 años que vivo acá y nunca me había pasado algo como esto. Habíamos sufrido algún hurto, pero nunca un robo a mano armada. Ni siquiera había escuchado nombrar un caso con semejante despliegue. Da impotencia la impunidad con la que se manejaron. Me alegro de que hayan sido profesionales porque no nos agredieron, pero siempre sentimos que los tiempos los manejaban ellos". Miguel Arnaldo, el productor de papa, soja y maíz asaltado en su campo de Capilla de los Remedios, habla triste y resignado. Con nostalgia, recuerda los tiempos en los que la vida en el campo permitía pasar días enteros sin preocuparse por cerrar la puerta con llave. Sin embargo, en los últimos años, los productores agrícolas se transformaron en víctimas preciadas para los delincuentes. El asalto que sufrió la familia Arnaldo repitió una marca registrada de los robos en los campos: la acción de grupos comando con un importante grado de organización. Un robo de película. A las 22.30 del miércoles, cuatro hombres armados ingresaron sigilosamente en el campo de Arnaldo y se acercaron al lugar en el que la familia compartía el asado. Inmediatamente, preguntaron por el dueño del campo y lo llevaron a la casa con las manos atadas con alambre. "Me dijeron que alguien me había vendido y que sabían que yo tenía una caja de seguridad. Yo les dije que estaban equivocados y les mostré dónde guardaba la plata. Siempre me trataron con mucho respeto y sin agredirme", relató el productor. El hombre entregó a los delincuentes unos 20 mil pesos en efectivo y luego fue trasladado hasta el quincho, donde los asaltantes habían reducido a 14 miembros de la familia, entre ellos una mujer embarazada, un bebé de 20 días y cinco chicos de hasta 10 años. Mientras tanto, otro grupo de ladrones llevó a uno de los hijos de Arnaldo a recorrer otra de las viviendas construidas en el campo. Allí sustrajeron electrodomésticos y armas. Minutos más tarde llegaron al campo la hija del productor, junto con su novio. Los asaltantes también los redujeron y los llevaron con el resto de la familia. Uno de los ladrones volvió a separar a Arnaldo de su familia y le preguntó si tenían agroquímicos. Un instante después, un camión cruzó la tranquera y se estacionó en la puerta del galpón ubicado a unos 50 metros de la entrada. Varias personas bajaron del vehículo y comenzaron a cargar bolsas. "Robaron 1.300 kilogramos de herbicida y agroquímicos por casi 70 mil pesos", explicó Arnaldo. Los ladrones escaparon pasada la medianoche a bordo del camión y de tres vehículos que le robaron a la familia. Por la tarde, la Policía logró recuperar una Chevrolet Meriva en Villa Adela, pero todavía no hay datos acerca del paradero de una Ford F 100, ni de la Ford Limited. Antes de huir, los ladrones se acercaron a donde estaba la familia maniatada y le dijeron a Arnaldo que ellos mismos llamarían a la Policía. "Me preguntaron cómo tenían que hacer para llamar a la Policía y cómo le podían explicar dónde estábamos, para que nos vinieran a desatar. Yo les respondí, pero nunca llamaron, así que nos desatamos solos", indicó.
Durante el robo, la familia del productor
"Hace casi 35 años que vivo acá y nunca me había pasado algo como esto. Habíamos sufrido algún hurto, pero nunca un robo a mano armada. Ni siquiera había escuchado nombrar un caso con semejante despliegue. Da impotencia la impunidad con la que se manejaron. Me alegro de que hayan sido profesionales porque no nos agredieron, pero siempre sentimos que los tiempos los manejaban ellos". Miguel Arnaldo, el productor de papa, soja y maíz asaltado en su campo de Capilla de los Remedios, habla triste y resignado. Con nostalgia, recuerda los tiempos en los que la vida en el campo permitía pasar días enteros sin preocuparse por cerrar la puerta con llave. Sin embargo, en los últimos años, los productores agrícolas se transformaron en víctimas preciadas para los delincuentes. El asalto que sufrió la familia Arnaldo repitió una marca registrada de los robos en los campos: la acción de grupos comando con un importante grado de organización. Un robo de película. A las 22.30 del miércoles, cuatro hombres armados ingresaron sigilosamente en el campo de Arnaldo y se acercaron al lugar en el que la familia compartía el asado. Inmediatamente, preguntaron por el dueño del campo y lo llevaron a la casa con las manos atadas con alambre. "Me dijeron que alguien me había vendido y que sabían que yo tenía una caja de seguridad. Yo les dije que estaban equivocados y les mostré dónde guardaba la plata. Siempre me trataron con mucho respeto y sin agredirme", relató el productor. El hombre entregó a los delincuentes unos 20 mil pesos en efectivo y luego fue trasladado hasta el quincho, donde los asaltantes habían reducido a 14 miembros de la familia, entre ellos una mujer embarazada, un bebé de 20 días y cinco chicos de hasta 10 años. Mientras tanto, otro grupo de ladrones llevó a uno de los hijos de Arnaldo a recorrer otra de las viviendas construidas en el campo. Allí sustrajeron electrodomésticos y armas. Minutos más tarde llegaron al campo la hija del productor, junto con su novio. Los asaltantes también los redujeron y los llevaron con el resto de la familia. Uno de los ladrones volvió a separar a Arnaldo de su familia y le preguntó si tenían agroquímicos. Un instante después, un camión cruzó la tranquera y se estacionó en la puerta del galpón ubicado a unos 50 metros de la entrada. Varias personas bajaron del vehículo y comenzaron a cargar bolsas. "Robaron 1.300 kilogramos de herbicida y agroquímicos por casi 70 mil pesos", explicó Arnaldo. Los ladrones escaparon pasada la medianoche a bordo del camión y de tres vehículos que le robaron a la familia. Por la tarde, la Policía logró recuperar una Chevrolet Meriva en Villa Adela, pero todavía no hay datos acerca del paradero de una Ford F 100, ni de la Ford Limited. Antes de huir, los ladrones se acercaron a donde estaba la familia maniatada y le dijeron a Arnaldo que ellos mismos llamarían a la Policía. "Me preguntaron cómo tenían que hacer para llamar a la Policía y cómo le podían explicar dónde estábamos, para que nos vinieran a desatar. Yo les respondí, pero nunca llamaron, así que nos desatamos solos", indicó.
Durante el robo, la familia del productor
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